martes, 17 de enero de 2012

El charco. [Capítulo 5.]

Me torturaba mentalmente sabiendo que eso era real, o que me estaba volviendo loca. Jake cada vez me daba mas inseguridad y miedo, ¿sería un espíritu? ¿Le hice algo para que se me apareciese? ¿Por qué me busca a mi? No entendía nada, cada vez estaba más confusa...
Todo volvió a la normalidad, estaba pálida, con la mirada perdida, y Anabel se acercó a mi.

-Bely, ¿qué te ocurre? Cuéntame... Odio verte así. ¿Estás mal? ¿Le digo a mi madre que te lleve al hospital?
-Anabel...

Hubo un gran silencio.

-Jake quiere llevarme con él...
-¿Jake? ¿Quién es ese? Y, ¿Dónde?
-Jake... El chico del charco... De los probadores... Del reflejo del suelo... Me persigue y quiere llevarme con él... A su mundo... -Derramé una lágrima.
-Bely... Tendrás fiebre y estarás delirando. No hay otro mundo, ese tal Jake no existe, y no te llevará a ningún lado.
-Anabel... No estoy mala... No tengo fiebre... Es él... Me quiere llevar con él... -Me tapé la cara impidiendo que Anabel viese mis lágrimas.
-Vete a tu casa y descansa... Has tenido un día muy ajetreado...
-Acompáñame a casa... No quiero ir sola...

Asintió y salió de su habitación, la seguí.

-¡Mamá, voy a acompañar a Bely, que se encuentra mal!
-Vale, pero no tardes. ¿Llevas el móvil?
-Sí, mamá.
-¿Y las llaves?
-Que sí...
-Vale. Pues eso, que no tardes.

Abrió la puerta y salimos, Anabel accionó el botón del ascensor.
Tardaba mucho, era extraño, a esa hora no solía coger la gente el ascensor. Decidimos bajar por las escaleras.
Quince minutos después llegamos a mi casa, ella no subió, me dejó en mi portal, se despidió de mi.

-¡Bely!

La miré.

-Conéctate ahora.
-Claro... No tardes...
-No, no.

Se despidió haciendo un gesto con la mano y se marchó a su casa. Entré en mi portal, había dos bombillas fundidas, solo una alumbraba. Parecía el típico escenario de una película de terror en la que alguien dice: "¡cuidado!" El protagonista se gira y ve a la misma niña de todas las pelis, con la bata blanca, el pelo cubriéndole la cara y su ropa cubierta de suciedad, al igual que su pelo.

-Jake...

Le dí al botón del ascensor y al instante se abrió, entré.
Jake, como no, salió en el espejo.

-Bely, te pido un favor. No pienses que soy un fantasma o que estás loca. Soy real y puedes comprobarlo, adelante, tócame... -Su mano salió del espejo.

Toqué su mano con miedo, él a agarró acariciando mi mano y me miró con una dulce sonrisa en los labios.

-Deseaba que este momento llegase...
-Jake, deja de perseguirme... Te... Tengo miedo de todo esto...

El rostro del chico entristeció al oírme decir eso.

-No puedo dejar de seguirte... Eres la razón por la que hago esto, por la que sonrío... Y puedo asegurarte que tú sonrisa es la mía... Así que no me pidas imposibles... Sería como pedirle a mi mente que no recuerde mi canción favorita cada vez que suena...
-Yo... No puedo seguir así... Tengo miedo...
-¿De mi?
-De todo... Se lo he explicado a Anabel pero no me ha creído...

Me acarició la cara con ternura.

-Prométeme que no se lo volverás a mencionar, que le dirás que es una broma... Este es nuestro secreto... Lo guardaremos en nuestros corazones...

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